Josefina, la
monja que trajo a Francisco a Bonzi
21/03/2013 Hace tres
meses, el entonces cardenal Bergoglio encabezó
una misa en la Iglesia "Nuestra Señora de las
Gracias" para festejar los 90 años de la
religiosa. "Es un hombre generoso y humilde",
cuenta ella.
Pensar que la misma persona
que hoy se encuentra en el Vaticano haya pasado
hace apenas tres meses por el Barrio de Aldo
Bonzi no deja de maravillar a los vecinos. Sin
embargo, el entonces cardenal Jorge Mario
Bergoglio y actual Papa Francisco, no sólo
recorrió el barrio, sino que también lo bendijo
y ofició una misa con motivo de los 90 años de
Josefina, una de las Madres de La Sagrada
Familia de Urgel que trabaja en el Colegio San
José de Aldo Bonzi.
"Vino expresamente el 27 de diciembre a celebrar
mi cumpleaños como un gran acto de bondad y de
una amistad que ya lleva 40 años y arrancó por
un amigo en común que los presentó. Siempre
manteniendo como principio la humildad, quiso
viajar en colectivo, pero no lo dejamos. Fue a
buscarlo el papá de una de las profesoras del
Colegio. |
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Cuando llegó, realizó una hermosa
misa en la Iglesia "Nuestra Señora de las Gracias",
donde gran parte de Aldo Bonzi estuvo presente. Bendijo
el barrio y también nuestro querido Colegio" (ver Una
celebración...), cuenta la monja.
"Este acto de amor, reflejado en su continua
predisposición y en su voluntad de viajar en colectivo
hasta la iglesia del barrio, demuestra la transparencia
y la austeridad con la que vive el Papa, siguiendo los
pasos de San Francisco de Asís. Es, en principio, fiel a
sí mismo, fiel a Dios, fiel a la Iglesia, fiel al mundo
y a cada uno de sus hermanos, sin distinciones de
ninguna naturaleza. Es insobornable, un hombre de una
sola palabra, generoso y humilde de corazón", señala
Josefina.
Estas características, combinadas en su persona,
transforman, en su opinión, a Francisco en el indicado
para llevar la Iglesia adelante: "El rompe con una
tradición, ya que se puso firme con sus elecciones desde
un primer momento. Quiere mostrarse tal cual es, por eso
paga la cuenta del hotel y viaja en colectivo. Refleja
firmemente su condición jesuita. No usa ni va a usar la
cruz de oro y, si pudiera, se pondría un sobretodo para
pasar desapercibido porque ningún cargo lo cambió ni lo
va a cambiar. Es una persona desprendida de toda
decoración externa, ya que ni siquiera tenía un retrato
de él en su despacho arzobispal de Buenos Aires. Es el
Papa de todos", relata.
La felicidad que trajo la noticia de Bergoglio
convertido en Francisco estuvo acompañada de un gran
sentimiento de sorpresa: "Lo sospechaba, pero no creía
que pudiera ser cierto ya que él mismo, antes de irse,
me había dicho que iba a volver debido a que era viejo y
no era fácil asumir a esa edad. No obstante, y para el
gran agrado de todos, se quedó. Estoy segura de que la
noticia, además de sorprendernos a nosotros, lo
sorprendió a él", resalta. Esta felicidad, sin embargo,
estuvo acompañada de un poco de melancolía: "Siento
mucho no tener el contacto que teníamos cuando él estaba
en Buenos Aires, pero sé que el cariño se mantiene en el
corazón", remarca la monja.
Melancólica pero con una enorme sonrisa en el rostro y
feliz de corazón por su gran amigo, Josefina concluye
remarcando que la descripción de Francisco es imposible
agotarla en palabras habladas o escritas. "Es el Papa de
los pobres, de los ricos, de los sabios y de los
ignorantes. Es el verdadero Papa de Dios que sigue los
pasos de San Francisco de Asís, para transmitir el
evangelio, un evangelio que el barrio de Aldo Bonzi supo
escuchar y guardar en el corazón junto a su bendición".
Nota Original:
http://lamatanza.clarin.com/historiasypersonajes/Josefina-monja-trajo-Francisco-Bonzi_0_886111392.html
Creditos y autoria: Rocío López Nastasi
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