Una tragedia para
los que sienten
Mucho pesar y tristeza
produce en nuestros corazones el desastre
previsible que hace algunos días protagonizo
un tren del ferrocarril Sarmiento en la estación
de Once.
Tristemente padecen las
consecuencias de tanta ausencia de control y
responsabilidad 51 familias absurdamente
abordadas por tanta catástrofe.
Nuestro mas sentido pésame a
aquellas familias victimas de este desenlace
anunciado y nuestro deseo que los 700
accidentados superen el doloroso trauma de
quedara delante en sus vidas.
Como muchos ciudadanos, a mi
me ocurre que estas masacres me invaden de
amargura y bronca; sin llegar a comprender como
puede ser un instrumento político lo que se dice
y hace en los momentos posteriores.
Es un insulto a los 40
millones de argentinos (y mas aun, a los
numerosos inmigrantes contemporáneos, a los que
también debe dirigirse el gobierno, aquellos que
pudiendo elegir un lugar donde vivir, nos
eligen, madrugan, se esfuerzan, y entre otras
cosas viajan en nuestros obsoletos vagones);
dirigirse a este hecho como "Accidente".
Un accidente es cuando
habiendo tomado todas las precauciones, para un
buen desempeño y funcionamiento de la "cosa en
cuestión", igualmente se produce una fatalidad.
Este caso era previsible de un modo tan burdo,
que no demandaba ser especialista de nada para
advertir las falencias, todos sabían con
antelación por señales e indicios que los trenes
requerían una intervención urgente.
¿Quien debe intervenir ante
fallas en un transporte masivo como son los
trenes? La presidente se dirigía hoy, como
siempre, con sus forma de expresarse tan
peculiar, a los "40 millones de Argentinos y las
victimas.. que necesitan saber..." ¿Que
necesitan saber que?
Todos sabemos con total
certeza que los trenes no están en situación de
rodar; todos vemos como se los pinta, pero
siguen siendo la basura obsoleta, todos
recordamos que en "Tecnopolis" existen unidades
del Sarmiento de dos pisos que fueron expuestas
y no se pusieron al servicio de los pasajeros,
priorizando la reapertura 2012 de la mencionada
muestra.
En tal caso los gobernantes,
"todos" deberían instrumentar métodos para
vivenciar lo que su pueblo palpa todos los días.
¿Se anima algún gobernante a viajar como ganado
en trenes desvencijados, que golpean las vías
desalineadas, donde la gente no tiene donde
afirmarse, y las puertas no son confiables? |
Crédito fotos: Boletín
informativo 7 días en la vías Nº 404 |
La primer culpa es de los que
debiendo cumplir con su misión básica y esencial de
establecer control y hacer valer los derechos del
ciudadano, no estuvieron a la altura de las
circunstancias. Nada nos importa si un secretario es el
mas espectacular para instrumentar tarjetitas plásticas
y exponer ante la prensa; pero no es capaz de atender
los controles básicos que debe albergar una secretaria
de transporte.
Un tren debe circular por una
estupida vía, acelerar y frenar, eso es todo lo básico
que necesitábamos. En un país donde la ética y la
idoneidad funcionan ya habría ocurrido la renuncia del
funcionario que fracaso en su misión.
Mientras, los que sufrimos estamos
convencidos de como son las cosas, son realidades que no
presentan especulación posible. Los chivos expiatorios,
son solo eso. Nos pueden hablar horas de nuestras
queridas islas, pero eso no nos evade de pensar...
acción que es el principal capital de nuestro pueblo, no
fue accidente, fue desastre previsible (como bien
exclama la familia del joven que culmino la lista de
muertos que este sistema injusto dejó). Tampoco se nos
diluye la amarga sensación de escuchar que una extraña
asociación a modo de imprenta resucitada será
quien imprima los billetes de esta nación; en el marco
de un gobierno que curiosamente defiende lo popular y
nacional y pudiendo quedarse con las maquinarias
necesarias absorbiendo la ex Ciccone en quiebra, lo dejo
pasar y hoy negocia millonarias sumas por sus servicios.
En tanto el ministerio de seguridad
nos explica los mecanismos de espionaje ( no se que cosa
"X"), nosotros somos un pueblo que abre bien los ojos,
no andamos espiando nada.
Afortunadamente vivimos en democracia
y todos podemos expresarnos, vos, yo, clarín, canal 7,
los argentinos y argentinas... Cada tanto las urnas nos
permiten intentar rumbos adecuados; no es lo mismo
seguir una idea por convicción que hacerlo por
conveniencia. Lamentablemente este modelo beneficia a
muchos; si mi hogar no es lo suficientemente confortable
y no es todo lo que deseo tener, igualmente lo quiero y
lo pinto, si no tengo otra opción de hogar. Es parecido
a una dulce anciana que reparte dulces en la plaza; es
agradable, le prestamos atención y la festejamos por que
nos gustan esos dulces... cuando no hay mas dulces que
repartir se torna una fea e insoportable vieja.
Se animaría la anciana del cuento
"Zen" a quitarle los dulces a los niños?? Todos sabemos
lo que es un niño llorando... Hasta donde puede llegar a
quitar de otros cestos para continuar regalando
caramelos??
Pablo Wainmann
Redacción BonziWeb |