Solos son unos
cobardes
En la madrugada de este
domingo un grupo de errantes vagos, posiblemente
reconocidos por los vecinos y frecuentes
merodeadores de la zona; se tomaron el
"esfuerzo" de desquitar su vacío emocional
pateando y maltratando hasta romper la porción
de muro de ladrillos a la vista que comenzó a
elevarse en la esquina de Darragueira y Defensa,
en lo que todos conocemos como el campo
deportivo de la Escuela Aldo Bonzi.
La lamentable herida solo
pudo ser provocada por ser una pared nueva, en
proceso de curado; considerando una elevada nota
de falta de respeto por el trabajo del prójimo y
la función que cumple una institución educativa.
Muy temprano y anoticiados
del suceso docentes, e integrantes de la
escuela, junto con vecinos ordenaron como
pudieron el desastre aparecido; reuniendo los
ladrillos y restos diseminados.
La escuela crece sin
descansar con gran esfuerzo en sus 39 años de
vida; progresando con cariño y con el único fin
de ver hombres y mujeres educados e insertados
en la sociedad.
"Inserción social es un
trabajo de todos, pero comienza en lo mas intimo
del ser humano" |
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La semana pasada, y por mencionar un
solo ejemplo, vecinos nos contaban del trabajo
desinteresado que la institución fue recibiendo a lo
largo de su historia, nos relataban de la grandeza de un
vecino que ya no esta entre nosotros que alguna vez
presidio la cooperadora de aquella joven institución
llamado "Hugo Chaves" (conocido farmacéutico de Aldo
Bonzi); solo por nombrar un héroe de la educación.
Educadores, alumnos, personal no
docente, cooperadores, vecinos, suman, sin duda alguna,
mucha mas voluntad que la que anoche unos cobardes
acumularon para su destrucción sin sentido.
Tal vez no tienen un abrazo familiar,
o es alguna adicción la que no los deja ver lo bueno de
la vida; o hasta alguna impotencia en la intimidad que
no les permite sentirse bien; lo cierto que son un grupo
de personas despreciables y el hecho del que son
responsables, que posiblemente pueda ser aclarado por
testigos; es absolutamente reprochable y los convierte
en seres despreciables y sin futuro.
Como en toda sociedad moderna siempre
hay un camino remediador, ya es tarde para restituir el
daño, sin embargo, es de hombres reconocer sus errores y
dar la cara. Están a tiempo de presentarse, reconocer la
metida de pata, pedir perdón y recuperar un poco de
dignidad; con la certeza que recibirán comprensión y
apoyo.
Haciendo clic en esta línea verán la carta de lo
acontecido de parte de la Escuela
Pablo M. Wainmann
Redacción BonziWeb
Imagen de la
otra pared que se edifica sobre la calle cucha Cucha
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